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En el mundo de la gestión de proyectos, el triángulo de hierro de alcance, coste y tiempo se encuentra siempre en continuo cambio. Un enfoque Waterfall indica que la gestión de un proyecto debe ser secuencial, dividiéndose a su vez en distintas fases, lo cual es bastante útil cuando se tiene un paso a paso definido para llegar a un objetivo.
Sin embargo, cuando existen entornos complejos, donde se tienen situaciones cambiantes y no se tiene claro cómo conseguir esos objetivos, la filosofía Agile puede ayudar a ir descubriendo ese camino.
Aunque Agile es ampliamente aceptado hoy por hoy en muchas empresas, una vez los consultores comienzan con la implementación de marcos de trabajo ágiles como Kanban, Scrum o SAFe, suelen enfrentarse a un desafío adicional que es la resistencia al cambio de los equipos hacia esta nueva forma de trabajar.
Es por eso importante aprender a gestionar esta resistencia al cambio que puede surgir en tu equipo y poner en marcha acciones que se centren en las personas y su disposición a abrazar el cambio, lo que implicará una transformación personal profunda. Esta transformación no solo abre paso a ideas innovadoras y nuevas metodologías, sino que también fomenta una corriente constante de emociones, información y conocimiento.
Algunas de las principales barreras con las que los agilistas se suelen enfrentar a la hora de implementar el cambio son:
El avance de las tecnologías y la diversidad de localización de los clientes han hecho que la necesidad de las reuniones virtuales vaya en aumento. Esta necesidad se ha visto aún más marcada con la llegada del teletrabajo. Entonces, conseguir que las personas trabajen cara a cara para hacer más efectiva la comunicación a través de una pantalla se torna más difícil.
Al principio del proceso, algunas personas pueden sentirse abrumadas por la nueva rutina de reuniones de la metodología Agile sin comprender el valor de estas. Esto puede llevarles a percibir dichas reuniones como una obligación en lugar de apreciar la información o el apoyo que pueden proporcionar.
Lo más lógico cuando se trabaja de manera colaborativa es que surjan discrepancias y se necesiten conversaciones de mejora que lleven a la mejor solución posible. Lo que más se encuentra ante estas situaciones es pasividad por evitar el conflicto y rivalidad por ver quién tiene razón o no a la hora de discrepar, en lugar de dar espacio al aprendizaje.
Cuando se habla de agilidad se entiende que se trabaja de manera colaborativa y en este sentido todos reman hacia un mismo objetivo común. La realidad es muy distinta. En muchas ocasiones se entra en el duelo de a quién compete realmente cada cosa sin preocuparse hacia donde recae ese trabajo no realizado y escusándose en la responsabilidad del otro.
¿Está tu organización lista para dar el salto hacia Agile? Descúbrelo aquí.
La implementación de la filosofía Agile es un proceso adaptativo que te ayudará a enfrentar los cambios de manera flexible. Además, se va a potenciar el trabajo en equipo, la comunicación y el aprendizaje continuo.
1. Céntrate
2. Define
3. Asegura
4. Hoja de ruta
5. Crea un
6. Da visibilidad
Este primer paso es crucial porque sienta las bases de la transición hacia Agile en tu organización. El clarificar los objetivos y beneficios, motiva a las personas al proporcionar un propósito claro, crea conciencia sobre la necesidad de cambio y facilita la adopción cultural al establecer expectativas y valores. Este enfoque, a su vez, involucra a las partes interesadas desde el principio, permitiéndoles comprender los motivos del cambio y fomentando el apoyo y la colaboración a lo largo de la implementación.
Inicia el proceso estableciendo un objetivo común que refleje la identidad y propuesta de valor de la empresa. Comprender la esencia de la organización, su cultura empresarial y diferenciadores clave frente a la competencia es esencial para alinear a todos los miembros del equipo hacia un propósito compartido.
Identifica y asegura el respaldo de patrocinadores y personas con influencia dentro de la organización. Contar con el apoyo de estas figuras clave será fundamental para superar resistencias y generar el impulso necesario para llevar a cabo el cambio con éxito.
Crea un roadmap claro que detalle las fases del proceso de cambio. Identifica y prioriza las acciones a realizar, así como los recursos y el tiempo necesarios para cada etapa. Este plan proporcionará una guía paso a paso, ayudando a gestionar eficientemente la transición y a mantener a todos los involucrados informados y enfocados en los objetivos establecidos.
Tras esto, el plan de lanzamiento va tomando forma, marcando así el inicio de la fase de implementación en la transición de Waterfall a Agile. Este enfoque metódico no solo garantiza un camino claro hacia adelante, sino que también proporciona un marco estructurado para comunicar qué cambios esperar y cuándo.
Proporciona a tu equipo transparencia en el proceso, fomentando una sensación de inclusión. Establece bucles de retroalimentación para capacitar a los empleados con formas de escalar problemas o expresar preocupaciones, asegurando que sus perspectivas sean valoradas y abordadas. El monitoreo continuo del cambio permite ajustes oportunos y garantiza que la transición siga su curso. La comunicación regular sobre el progreso y los éxitos no solo mantiene informado al equipo, sino que también celebra logros, fomentando un ambiente positivo y reforzando el compromiso colectivo con el viaje de cambio.
Abrazar la transición de Waterfall a Agile implica una valiosa oportunidad de crecimiento para cualquier equipo. A medida que avanzamos hacia un enfoque Agile, recordemos que cada pequeño paso diario contribuye significativamente al éxito final. La paciencia y la comprensión son aliadas poderosas en este viaje, permitiéndonos construir un equipo más resiliente y adaptable. Mantengamos la visión a largo plazo, reconociendo que los beneficios de esta transición se revelarán con el tiempo, transformando no solo nuestros procesos, sino también nuestra cultura organizacional.
En el caso de estudio Transición de Waterfall a Agile se puede ver cómo las prácticas Ágiles permitieron a un cliente poder abordar las ineficiencias de la metodología Waterfall en entornos cambiantes. Se demostró que implementar Agile fue más eficiente para completar las tareas del proyecto y hacer seguimiento al trabajo, lo que finalmente les ayudó a completar los entregables claves.
MIGSO-PCUBED consultora líder mundial especializada en la gestión de proyectos ofrece un portfolio de servicios para la implementación de marcos de trabajo ágiles y tradicionales.
Este artículo fue escrito por la Community of Practice de Agile de España.
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